La Unión Europea (UE) prevé, para el 2030, reducir el uso general de plaguicidas en un 50%, así como la utilización de los plaguicidas más peligrosos también en ese porcentaje.
Para reunir información de base y trabajar la transición hacia esa meta, financia el “Proyecto SPRINT” (Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025), que busca identificar los residuos de los agrotóxicos y el peligro de la sinergia, combinación o mezcla, entre los plaguicidas hallados. Esto último es algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado.
En 2021 los muestreos además de realizarse en los países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires. ¿Por qué se incluyó a nuestro país? Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal hacia Europa.
La pata local de SPRINT, que reúne un consorcio de 28 universidades e instituciones, es el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria), que asegura la participación de Argentina en el proyecto a cargo de la investigadora Virginia Aparicio, Ingeniera agrónoma, doctora en Ciencias Agropecuarias y responsable del laboratorio INTA-Balcarce.
En los resultados de las personas estudiadas por el proyecto SPRINT, hallaron hasta 18 plaguicidas en sangre, orina y materia fecal, los agrotóxicos encontrados fueron glifosato, su metabolito AMPA, Atrazina, Metolacloro, 2,4-D (Free), Clorpirifos (recientemente prohibido en el país). Insecticidas como Fipronil, Imidacloprid, Cipermetrina. Funguicidas como el Tebuconazol, entre otras peligrosas sustancias que representan un riesgo para la salud y el ambiente.
Si bien entregaron los resultados a los voluntarios del proyecto, justo en junio, cuando el INTA iba a dar a conocerlos de manera pública, por medio de una resolución el organismo decidió “posponer las actividades comprometidas del INTA en el Proyecto SPRINT de la Agencia Ejecutiva de Investigación de la UNIÓN EUROPEA (UE) en el marco del Acuerdo de Subvención N° 862568- SPRINT, hasta tanto se cuente con los informes y antecedentes de los avances de las actividades efectuadas a la fecha de la presente medida”. De esta forma pospuso la difusión de los resultados.
Pese a ese intento del INTA en impedir que los resultados se conocieran, algunos participantes hicieron públicos sus estudios personales, el portal de noticias lavaca accedió a veintidós de los informes sobre personas participantes y a dos informes con datos sobre muestreos en animales, alimentos, contaminados con hasta 22 plaguicidas, alimento animal, granos, suelo y agua. Además, se detectaron 86 plaguicidas en polvo de hogares.
Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. La tercera parte de estos, consumidores de alimentos. Otro tercio, habitantes de pueblos pequeños “vecinos de productores”. Y la otra tercera parte, productores agropecuarios: la mitad de este grupo usa plaguicidas y la otra mitad produce agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, granos y muestras biológicas en animales.
Las mediciones en nuestro país se realizaron en personas, sangre, orina y materia fecal, en matrices ambientales, en vegetales y animales. Las personas participantes además llevaron por siete días una pulsera que tiene la capacidad de registrar los agrotóxicos presentes en los ambientes por los que se mueven diariamente. En las muestras biológicas y en la pulsera de exposición se analizaron 208 plaguicidas.
En los resultados más relevantes publicados por lavaca, se detectaron agrotóxicos:
En personas: “El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”.
En los ambientes en las que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.
En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.
En alimentos: “El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
Polvo de hogar: en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes)”.
En alimento para animales: en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial: (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
AGRO $ $ $ $ $ $ $ $ $ $ $ $ $ $ $ $ $$ $ $ $ $ $ $ $ $ $ $
Ante la Resolución 2023-399-APN-CD#INTA, firmada por Mariano Garmendia, presidente del Concejo Directivo del INTA, por la cual el organismo pospuso la participación del INTA en el proyecto y suspendieron la reunión de presentación de datos prevista, “hasta tanto se tengan las respuestas asociadas en sentido amplio”, a través de una nota firmada por el director del INTA, Carlos Alberto Parera, y dirigida a la investigadora de ese organismo, Virginia Aparicio, Responsable de SPRINT (Argentina) del EEA INTA Balcarce, tanto las personas que fueron voluntarias en ese proyecto como organizaciones ambientales no dudaron en calificar públicamente esa suspensión como un hecho abierto de censura que negaba al público en general la posibilidad de acceder a información ambiental relevante para la salud pública y para conocer los impactos que produce el modelo de agronegocios basado en transgénicos y agrotóxicos.
Este mes se auto convocaron en la puerta del INTA Mar del Plata para reclamar por la publicación de los resultados y también para manifestar el apoyo público al trabajo realizado por la investigadora Virginia Aparicio, sin obtener ningún tipo de respuesta del organismo.
Para muchos, el INTA – atento a su vinculación orgánica histórica con el Agronegocio – procura por todos los medios desentenderse del SPRINT, observando con rigor formalista los procedimientos del estudio y alegando que se trata de una materia que no es de su incumbencia, con el evidente objetivo de ocultar los resultados alarmantes de la investigación.
LAS MUESTRAS SERRANAS
En Sierra de los Padres se tomaron muestras en al menos siete voluntarios, una de ellos fue Nair Pereira, que además de ser vecina, es bióloga e investigadora del CONICET y en diálogo con Nueva Sierra se mostró indignada con la postura del INTA de ocultar los datos obtenidos en la investigación a cargo de Virginia Aparicio. “En la reunión que suspendieron tenían que exponer los resultados y explicarlos, darlos a conocer de manera pública y a la prensa. Por mis conocimientos puedo interpretar los resultados, que puedo aseverar que es bastante contundente que tenemos que cambiar el modelo productivo. El 100% de las muestras tienen al menos una decena de venenos en sangre, eso es gravísimo, no hay ni una persona que no tenga toxico independientemente de la zona donde viva, zona rural, urbana o en la ciudad.” Y agregó “Esto quiere decir que estos tóxicos nos están llegando en nuestros platos, no nos están nutriendo, nos están envenenando y también hay que tener en cuenta que no nos está pasando a nosotros, nos está pasando a todos”.
Luego explicó “Esto durante mucho tiempo es silencioso, pero a medida que el cuerpo ya no se puede desintoxicar empiezan a aparecer las enfermedades”. Por eso recalcó, “Es importante empezar a cambiar los hábitos de alimentación y elegir lo agroecológico, si todos eligiéramos lo sano y no contaminado los productores tendrían que empezar a volcarse a la agroecología.”
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