Escuchamos por la zona constantemente dichos como “Cuatro gotas y se nos corta” o también “ya me quemaron hasta las ganas” con referencia a los electrodomésticos, y hasta la tajante “hay que demandarlos”.
Obviamente estamos hablando de EDEA. Hace un par de números atrás, desde estas páginas decíamos que a partir de las denuncias y la movilización de un grupo importante de vecinos “EDEA no tuvo más remedio que encarar algunas obras que mejoraron en parte y en algunos sectores el servicio”.
La realidad actual demuestra que no fueron suficientes, sistemáticamente en Gloria y Paraíso, Sierra, Coyunco y La Lomita hay cortes, bajas o subas de tensión, equipos quemados, transformadores que explotan y un sinnúmero de excusas que hacen la situación insostenible. ¿Qué va a pasar en el verano cuando la zona se llene de gente? Y se prendan las bombas de riego en los campos, los aires acondicionados, el mantenimiento de las piletas y todos los etcéteras que surgen con el calor.
Un vecino de La Gloria de la Peregrina nos relató “acá en Río Atuel hicieron una mundial, estaban todas las fases, vinieron una mañana y se llevaron una”. Y así, escuchamos relatos de transformadores que explotan, postes que se caen de podridos, camiones que se llevan puestas líneas de media tensión que colgaban a tres metros del suelo. No les importa nada. Salvo cobrar, claro.
Esta semana, con bombos y platillos, la empresa de energía anunció obras “para la reestructuración de 4 cámaras subterráneas, la instalación de 15 buzones de derivación, el soterramiento de más de 3 kilómetros de línea de media tensión y la poda de 25 mil árboles a lo largo de distintos tramos de la red eléctrica de…” La ciudad!!! Si, siempre quedamos afuera.
Pero nos limitamos a hacer catarsis en los grupos de WhatsApp, las redes y el súper con simples “Estela y Lucio sin luz” o “hace 20 horas que no tenemos” y el más común “estamos sin luz y EDEA no contesta”. Tal vez sea hora de volver a encarar como hizo ese grupo de vecinos allá por marzo de 2019 y ponernos los pantalones largos haciendo un reclamo formal a la empresa, OCEBA o la justicia si hiciera falta. No se pagan monedas como para ser tan despreciados por una empresa de servicios públicos monopólica.
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