Que la pandemia impuso además de razonar sobre la forma de cuidarnos, la imperiosa necesidad de estar conectados al mundo a través de internet no es nada nuevo. Máxime en nuestra zona donde la carencia de conectividad es a ojos vista más elevada que en los centros urbanos. Así fue como en 2018 Grupo Sierra decidió encarar un ambicioso proyecto localista de brindar internet al principio por aire y luego por fibra óptica en toda la zona de la Delegación. Pero los vaivenes del dólar (más vai que venes) fueron retrasando la segunda parte de la inversión en redes e igualmente tramitó primero en el Concejo y luego en Obras Públicas los respectivos planos. Sorpresivamente un año después las cooperativas lugareñas quisieron imitar al Grupo de medios y comenzaron a pedir autorizaciones. Y en este punto para no abrir falsas especulaciones debemos decir ‘bienvenida la competencia’ pero ¿a costa de qué? ¿de quiénes? ¿de los usuarios de servicios?
Hoy nos ocuparemos de la Cooperativa Eléctrica de Laguna de los Padres. Con la ventaja de contar con los postes, en diciembre del año pasado logró su Ordenanza en el Concejo Deliberante para el uso del espacio aéreo “en la zona de concesión otorgada para la distribución eléctrica según plano obrante en el Subanexo G de Ordenanza nº 12213”, es decir donde brinda servicio actualmente, y rápidamente se abocó con la ayuda de alguna que otra cooperativa del partido y empresas de la Capital federal a cablear Santa Paula, más de 10 km de la ruta 226 y caminos vecinales y otros sectores más cercanos a Sierra de los Padres donde el servicio eléctrico lo brinda EDEA.
Lo que es admirable, si uno no tuviera siempre presente los fracasos que resultaron sus “sociedades” con una empresa primero y luego con otra cooperativa, cuando quisieron brindar los Laguneros el servicio por aire. Internet requiere de una atención post venta mucho más desarrollada que el mantenimiento eléctrico, y si ya cuesta comunicarse con una guardia cuando falta la vital energía, es difícil saber quiénes se ocuparán de algo tan complicado.
¿INEXPERTOS O TRUCHOS?
Además de la consabida Ordenanza, que de por sí incumplen extendiéndose fuera de los limites otorgados, cada tramo que se ejecuta debe tener sus planos aprobados, abonar una tasa que cuesta más que la propia fibra, tener un director de obra con sus honorarios, un ingeniero en seguridad e higiene, un seguro de caución por los posibles daños a terceros y abonar mensualmente un canon al EMSUR luego de finalizada la obra. Pero para sorpresa nuestra y de los mismos funcionarios cuando consultamos sobre el cumplimiento de estos requisitos al Departamento de Electromecánica, la Ingeniera Silvana Braga nos confirmó que jamás habían presentado ni una sola cuadra oficialmente, ni abonado un peso. Desde otro sector de esa Secretaría de Obras Públicas relataron que las empresas monopólicas “intentan hacerlo por toda Mar del Plata y hemos hasta bajado e incautado cables de fibra” por no ceñirse a los requisitos, pero que lo haga una Cooperativa los dejó perplejos.
Ahí entendimos porqué trabajan sábados y domingos nada más, es como los taladores de árboles truchos y las motosierras que se escuchan los fines de semana por toda la zona. Se tienen que esconder, hacen las obras en negro. Las responsabilidades del Consejo de Administración además de contravencionales y administrativas también podrían ser hasta penales. ¿El síndico? Bien, gracias.
Un domingo de septiembre, fue la misma policía la que interceptó una cuadrilla, ya que los vecinos pensaron que se trataba de uno de los robos de cables tan en boga, pero no, los trabajadores declararon que trabajaban para la Cooperativa de Laguna, y que el “dueño del vivero” (Walter Cano) los había contratado. También Cano fue nombrado por la Ingeniera Braga como el interlocutor con el Municipio a pesar de figurar como un simple vocal en el Consejo de Administración.
DUDAS
En primer lugar no se entiende el apuro ya que ni siquiera están instalando domicilios “por la cuarentena”, tal como otros “cooperativistas” de la zona y Batán, con la terrible necesidad de conectividad que existe. En segundo lugar ¿de dónde sale el dinero para hacer tamañas obras? Se ufanan de no haber pedido créditos, ni subsidios, por lo que se entiende que saldrá de las ganancias de las ventas eléctricas, pero he aquí un problema, las Cooperativas no pueden “dar ganancias”, si les sobra dinero al cierre del ejercicio deben por la Ley de Cooperativas Nº 20.337 redistribuir esos excedentes entre los socios que la capitalizaron. Algo huele a podrido en Dinamarca.
Por otra parte las tarifas que cobran por ejemplo en Santa Paula son “a pérdida”. Es sabido que el Mega mayorista casi universalmente en Argentina sale doscientos veinticinco pesos, por más uso y reuso es imposible que cobren 950 pesos los 15 megas. Salvo que se trate de un caso de “conectar un Laverap” o como hacen con todo, cuando el Gobierno lo permita de nuevo, le peguen un buen saque al tarifario. En definitiva, directivos escondidos, obras clandestinas, desmanejos financieros, falta de transparencia, nada es igual, pero en la zona las “empresas solidarias” todas se parecen y mucho.
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