Así como dicen que no sólo de pan vive el hombre, se puede decir que no sólo del servicio vive el bombero, y menos el voluntario. Y como todos saben, desde el gato en el árbol, el accidente en la ruta, los perdidos en la sierra y todo tipo de siniestros o auxilios que se imaginen, hasta lo que es su verdadera función, apagar incendios, los bomberos serranos, son prácticamente los únicos con los que podemos contar las 24 horas del día los 365 días del año.
Pero tratándose de una ONG, necesitan de todo, y de todos, para poder mantener semejante estructura, desde los servicios, combustibles, herramientas, unidades vehiculares y acuáticas, todas ellas requieren además de mantenimiento, equipos de seguridad, uniformes, trajes estructurales y otros apropiados para cada tipo de siniestro y la capacitación, que de todo es lo más importante y también muy costoso, porque les aporta mayor seguridad que el mejor traje, a ellos y a la comunidad.
Y dicho sea de paso, ellos están siempre, pero igual y a pesar de eso, en general muchos critican y se quejan por los métodos que tienen para recaudar, se quejan por los bonitos en los semáforos y porque sólo reciben un porcentaje, pero es mejor un porcentaje de algo que el 100% de nada. Dicen que van al cuartel pero sobran los dedos de la mano para contar los que fueron en un año a colaboran voluntariamente. Así que en lugar de andar quejándose, pasen a colaborar en cualquier momento por el cuartel que les van a entregar un recibo oficial de la entidad que no ahorra esfuerzos para servir a la comunidad.
Y SE LARGÓ LA PEÑA
Así el 17 de agosto organizaron la ya casi tradicional Peña Bomberil del mes del Libertador, con el objetivo de recaudar fondos para materiales y el sostenimiento del cuartel, pero también con el fin de reunir a los vecinos y amigos y permitirles pasar una noche diferente.
Más de 200 personas se convocaron para colaborar y sumarse a la fiesta, dónde además de un surtido bufete, hubo sorteos, buena música y mucho baile.
Entre choripanes, hamburguesas y empanadas se realizaron sorteos con numerosos premios donados por los comercios de la zona, a los que agradecieron y nombraron durante la velada, además de proyectar los agradecimientos sobre una de las paredes.
No faltó el show, para arrancar tranquilos, llegaron Claudia Marcela Solari y Jonathan Boiero con la danza del grupo de Valet Chapadcura de Batán; ya después todos querían bailar y lo hicieron, al ritmo los valses, milongas y chamamés de los Acordeonistas Unidos de Mar del Plata.
Y para hacerlos cantar, llegaron los Iturbrothers, sí Diego, Agustín y Romeo Iturbide en la batería, arrancaron alaridos de sus fans que no los dejaban ir al grito de otra…. Para finalizar, el infaltable Chato Romero, con asistencia perfecta en los eventos del cuartel, que con su carisma y selección imperdible de temas casi enganchados hace saltar y bailar hasta las momias.
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