Fue en la propiedad de Margarita Lazarte donde su hija Romina Petrigh y su pareja José Marchisio estaban cavando el pozo ciego para su vivienda, los albañiles se encontraron con unos restos fósiles que llamaron su atención e inmediatamente llamaron a Margarita, la madre de Romina, quien en aquel momento estaba pendiente de la obra en ausencia de su hija y su yerno. Ella informó de esto a su hija y le envió fotos.
Fue luego la propia Romina -curiosamente bióloga al igual que su pareja José y casualmente abocada a la investigación de restos fósiles en el ámbito de CONICET y habitue de frecuentar sitios paleontológicos de nuestro país- quien, habiendo visto las fotos, entendió que se trataba de restos valiosos de un animal prehistórico y se puso en comunicación con los paleontólogos del museo Scaglia. Los encargados de recuperar restos fósiles del museo se acercaron a la construcción y corroboraron que se trataba de los restos de un animal prehistórico y precisaron en que eran restos de un gliptodonte de la especie Panochtus de entre 15.000 y 30.000 años de antigüedad, correspondiente al período pleistoceno, un animal de origen sudamericano y normalmente hallado en estas tierras.
Se presume que son los restos de un animal adulto, que acorde con las medidas habituales de esta especie midió 4 metros de largo y 2.500 kilogramos. Se trata de un herbívoro gigante, que se caracterizaba por un enorme caparazón y una larga cola, cual armadillo.
No es la primera vez que en Sierra se encuentran restos fósiles de valor paleontológico. Solo que a menudo los vecinos suelen no dar a conocer estos hallazgos. Este no fue el caso siendo que increíblemente los propietarios están en el tema.
El pozo -originalmente pensado como pozo ciego- en pos de dejar al descubierto y poder extraer en su totalidad los restos fósiles debió extenderse en profundidad y hacia los costados. Al tiempo que en otro espacio del terreno comenzó a procederse con la excavación para un nuevo pozo ciego. Desde luego eso significó lidiar con prominentes montículos de tierra e innumerables visitas. A la vez que fue un hecho dichoso causó sus trastornos. Los restos quedaron al descubierto listos para ser retirados pero dificultados por falta de la maquinaria necesaria para ser removidos y trasladados han permanecido allí más de lo deseado.
Todo indica que próximamente vamos a poder verlos expuestos en el Museo de Ciencias Naturales. Esperemos, dijo Margarita, que en su respectiva placa aclaren que los restos de este animal fueron hallados en el terreno de una propiedad de Sierra de los Padres.
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