En una nota del primero de marzo el portal La Tecla Mar del Plata publica que “el delegado de Sierras de los Padres, Julio César Romero, uno de los adláteres de Santiago Bonifatti, tiene restricción perimetral por violencia de género. Fue denunciado por su ex-pareja y no podrá circular ni permanecer en un radio de trescientos metros tanto de la mujer como al hijo de esta.” Además agrega que el funcionario, es uno de los más cuestionados del Ejecutivo.
En consonancia con la información obtenida por el portal se supo que “En el relato de los hechos, la víctima asevera que durante la relación vivenció episodios de violencia verbal y psicológica. Según consta en el expediente, luego de una primera denuncia, Romero le aseguró que debido a su lugar como funcionario nadie le iba a creer. A su vez, aseguró que, una vez finalizada la relación, el pasado diciembre, éste nunca dejó de hostigarla realizando varias apariciones en su domicilio particular.”
Para La Tecla Romero fue uno de los funcionarios puestos por Santiago Bonifatti durante su gestión como secretario de Gobierno y en el rol de delegado de Sierra de los Padres recibió varios cuestionamientos de la comunidad por la falta de resolutividad y movimiento en torno a las cuestiones de la zona.
NO VIO NI OYÓ NADA
En diciembre de 2021 comenzó la campaña de “Corredor Artístico contra la Violencia de Género” que llevó adelante la Comisión de Género de la Red Comunitaria Juntos Podemos ZOR y que continuó hasta mediados del año pasado, es evidente que el delegado Julio César Romero, no vio ni oyó nada de lo que estaba pasando en el propio ámbito de su jurisdicción o no se quiso dar por enterado.
Si bien el resto de los medios ensobrados marplatenses ignoraron por completo esta información, después repitieron como loros la gacetilla municipal del 17 de junio que decía que “En los últimos 60 días el Municipio reparó 85 cuadras y trabajó en espacios públicos en la zona de Sierra de los Padres”, sin venir a ver dónde se hicieron y si se hicieron, que más daba, esa sí, esa gacetilla garpa. Pero acá los vecinos sabemos que lo poco que se hace, se hace a pedido de unos pocos.
Tampoco hubo otras expresiones de rechazo desde ningún movimiento, organización o entidad, ni serranos, ni marplatenses, nada del municipio, ni del sindicato, el silencio fue ensordecedor.
Desde este medio repudiamos la violencia en cualquiera de sus formas. Aún más cuando se trata de alguien escondido detrás de un puesto de funcionario público, más allá de que sea buen o mal funcionario, algo que en este caso pasa a segundo plano.
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