El balotaje en nuestra zona se desarrolló con total normalidad y con una rapidez reconfortante.
Si bien no sorprendió para nada el resultado del balotaje en nuestra zona, aún así, sigue siendo importante, Milei ya había ganado en las generales en nuestro circuito, y ahora arrasó con el 60% de los votos. Sus promesas electorales de menos obras, menos asistencia social, menos programas de apoyo a los sectores económicos, en definitiva, menos estado en todas las áreas, no alentó a nadie a cambiar su voto.
En el caso de nuestra zona, donde los estados, municipal, provincial y nacional, ya brillan por su ausencia, menos estado podría ser la devastación y retroceder veinte años de crecimiento, o una bendición y tomar carrera e impulso para redoblarlo.
En caso de que el gobierno de Milei sea un rotundo éxito y derrame más o menos equitativamente a todos los sectores y a lo largo y ancho del país, podríamos solos, porque en esto venimos entrenados, salir a flote e incluso mejorar. Si en cambio se viniera un ajuste desmedido que derrame inequitativamente, estaremos a la deriva y la única balsa a la vista podría ser la provincia.
Cualquier panorama que queramos imaginar hoy es futurología, imposible prever que va a ocurrir y cómo. Algunos que no lo tenían, empiezan a tener miedo, otros que tenían desconfianza, empiezan a tener esperanza, pero para casi todos, es desconcertante el futuro que se viene a corto y mediano plazo. Lo único que nos queda por delante es el respeto a la voluntad popular, a las instituciones de la República y a la Democracia.
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