Por Libertad Magenta
Este mes la teve pública visitó la zona haciendo notas a diferentes vecinos, entidades y desde diferentes lugares, y aunque por infinitas razones a veces sentimos que nos caemos del mapa, del municipio, la provincia, el país o el mundo, la realidad una y otra vez nos demuestra que, no sólo existimos y figuramos en los mapas si no que además somos una marca registrada y reconocida, como mínimo, en el país.
Aunque esto no nos sirva demasiado ante el efectivo accionar de los estados, desde hace años se reclama a la provincia, tanto en el gobierno de Vidal en su momento como al de Kicillof en la actualidad, que retiren o modifiquen el cartel de Mar del Plata en la rotonda del Coyunco, al igual que las leyendas en el, absurdamente llamado, Parador Turístico, en el que a la fecha la única inversión del EMTUR con un presupuesto de $2.800 millones fue un cartel con dos QR.
Existimos, pero aun así nos ignoran. Y podemos afirmarlo simplemente mirando los números, no hay otra manera, la provincia no nos manda un banco, nos agrega un cajero y el municipio ni siquiera mira de reojo lo que la zona representa territorial y económicamente en su presupuesto.
El Concejo Deliberante de General Pueyrredón aprobó el presupuesto municipal 2023, que proyecta ingresos y gastos por $77 mil millones, en el que el intendente Guillermo Montenegro tiene una tajada de $1.500 millones.
La cuestión es que Montenegro se pelea con el INDEC por los resultados del censo, se pelea con la provincia porque no es legal rebajarse el sueldo, se pelea con el gobierno nacional por 140 hectáreas en El Marquesado, otro lugar que se cae del mapa, con las mismas falencias y el mismo abandono del municipio que nuestra delegación, la de Batán, Camet o el Puerto.
En twitter Guillermo Montenegro @gmontenegro_ok dijo, “Lo que está pasando en la zona de El Marquesado es de extrema gravedad. Porque mientras los marplatenses trabajan para progresar y hacer crecer a la ciudad, otros proponen regalar tierras, con fines político partidarios, haciendo las cosas de forma totalmente ilegítima.”
Y agregó, “Estamos en contacto con los vecinos, trabajando con las Fuerzas de Seguridad y la Justicia para frenar estas acciones que no avalamos de ninguna manera. Siempre voy a defender a los que laburan y se rompen el lomo. Fuera de la ley, nada.”
Montenegro, no quiere la explotación de la plataforma submarina, no promueve planes de vivienda, no ejecuta ni su propio presupuesto de obras públicas. No es un intendente, es un patrón de estancia, se cree dueño de la ley, dueño de las tierras mientras juega con las esperanzas el trabajo y las necesidades de los habitantes de General Pueyrredon.
Se llena la boca de palabras e inventa gestos como donar parte del sueldo que representan nada en el presupuesto municipal y no mira que tiene el índice más alto de desocupación y uno de los más altos de pobreza del país. Para el intendente somos un número más en su lista de números.
Quienes piensen que no es culpa de él, que miren el presupuesto, en qué lo gasta, cómo lo maneja y cómo lo ejecuta, que observe que la planta de funcionarios municipales creció de 88 a 135 en su gestión, sí, más del 50 por ciento y la cantidad de nuevos empleos que metió por la ventana y que llegan para quedarse.
El presupuesto de nuestra delegación es de menos del 0,003 por ciento del municipal, 226 millones.
Alguien puede creer que sus peleas son por los vecinos de General Pueyrredón, o son por los negocios inmobiliarios propios y de sus amigos, los balnearios y su propia pelea por mantener y aumentar su poder político.
Entendemos que se sienta confundido, para usted esta columna de opinión se debe referir a la creación de nuevos municipios, en particular a fundamentar la necesidad de la creación del municipio de Sierra de los Padres, léala de nuevo y va ver que acá, lo que sobran, son fundamentos.
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