El término participar puede tener muchas acepciones y responder a varios conceptos, ‘actuar, junto con otras personas, en un suceso, un acto o una actividad, generalmente con el mismo nivel de implicación’ o ‘participar en una competencia, generalmente deportiva’. ´Recibir una parte de algo que se reparte’ como ejemplo ´participar del dinero ganado en un premio´.
Tiene sinónimos que hacen variar su significado principal como ´notificar, informar, anunciar o comunicar´, y en este concepto de participar, por un lado, confiamos que todo lo que se informa o anuncia es cierto, pero por otro, elegimos donde informarnos y sólo creemos en el que elegimos creer, dando por hecho que lo que no coincide con nuestra forma de pensar no es de fiar.
Los otros sinónimos de participar son ‘colaborar, cooperar, concurrir, ayudar, intervenir, asociarse, contribuir´, estos últimos más afines a la concepción del uso del término ‘participar’ cuando nos referimos a temas comunitarios o sociales.
Creemos por una cuestión de sentido común que cuando alguien se involucra (participa) en una actividad o entidad comunitaria, social o política, lo hace con las mejores intenciones, es tiempo personal que entregamos, como dicen los scouts, sin esperar recompensa ni alabanza, y agregamos ni económica ni política. Eso nos hace pensar y asumir que en esos roles no se hacen trampas, no se engaña, no se miente, no se buscan objetivos personales o que no sean en beneficio del bien común o de las mayorías, no se malversan fondos, no se defrauda…
Sin embargo, paradójicamente desconfiamos de la política y de la justicia, y también de los que no queremos o no nos caen bien o no piensan como nosotros, les damos a una parte de ellos, según en qué lado estemos parados, menos chances que a los que integran otro tipo de entidades. Y en ese mismo hilo los juzgamos la mayoría de las veces de acuerdo a nuestras propias “ideas o prejuicios” preconcebidos y no a nuestro “conocimiento o discernimiento” de la realidad.
“Me gusta la gente sentipensante, que no separa la razón del corazón. Que siente y piensa a la vez. Sin divorciar la cabeza del cuerpo, ni la emoción de la razón.” Eduardo Galeano
Y está bien no separar la razón del corazón, pero qué es la razón sino la capacidad de la mente humana para establecer relaciones entre ideas o conceptos y obtener conclusiones de acierto, verdad y justicia, pero basados en el conocimiento.
Participar de un proyecto o una idea no nos da la razón, pero tampoco nos quita la razón, lo que nos da la razón es la verdad de los hechos y para saber cual es la verdad de los hechos se necesita del conocimiento cabal de los mismos.
“Si la justicia existe, tiene que ser para todos; nadie puede quedar excluido, de lo contrario ya no será justicia”. Paul Auster
Miriam Leo
miriamleo@sierradelospadres.com.ar
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