El lunes 16 mientras una brigada antifraude de EDEA estaba recorriendo el barrio Sierra para detectar medidores adulterados, porque para eso sí tienen personal, gran parte de la zona estaba sin servicio esperando que una cuadrilla venga desde Mar del Plata a resolver los problemas. Ese mismo lunes se sucedieron 6 cortes de luz en diferentes sectores y horarios, algunos duraron más de cuatro horas. La Empresa Distribuidora de Energía Atlántica S.A. no tiene personal de guardia suficiente ni para atender los reclamos, ni para resolverlos. Es evidente que no todo se puede solucionar con aplicaciones y contestadores automáticos, y que además de la falta de inversión en el mantenimiento y renovación de los tendidos eléctricos vetustos la mayoría con más de 60 años, ocurre lo mismo con el personal, que también es insuficiente para arreglar desperfectos y renovar redes, pero les sobra tiempo para detectar fraudes, que según fuentes allegadas a la empresa “los fraudes son menos del uno por ciento del total de los usuarios”.
Ya estaba previsto en la grilla de esta edición el tema del suministro eléctrico en la zona, porque otra vez a raíz de los continuos y prolongados cortes de luz, los vecinos que en 2019 se autoconvocaron, juntaron firmas con vecinos de todos los barrios y lograron que EDEA realizara algunas inversiones y mejoras, volvían a plantearse una reunión amplia con autoridades y vecinos para hacer, esta vez, una demanda colectiva judicial, que además incluya, dado la extensión de la zona y la cantidad de usuarios, una oficina y guardia permanente de EDEA en el ámbito de la delegación.
LO QUE NATURA NO DA, SALAMANCA NO PRESTA
Pero esta vez la Sociedad de Vecinos, casi como para frenar la nueva embestida contra la empresa, se les adelantó, y el martes 23 realizó una reunión a la que asistieron Oscar Caballero de relaciones institucionales de EDEA, Alejandro Dibello, jefe de operaciones y José Discalia, jefe de distribución, de la misma participaron integrantes de la entidad convocante y algunos vecinos.
Lo grandioso es que EDEA, a través de sus representantes, luego de justificar los reiterados y prolongados cortes, como lo hace habitualmente, echando la culpa de los mismos a la madre naturaleza, admitió que el tiempo mínimo entre que se produce el corte y la cuadrilla llega al sitio es de 90 minutos, mínimo, una hora y media para llegar, lo que dura un partido de fútbol.
Si al desperfecto lo localizan rápidamente y lo solucionan rápidamente, cosa que nunca pasa, aunque lleguen en el tiempo mínimo, el corte ya duró, mínimo, 3 horas.
MÁS QUE CORTES
Al respecto de la problemática uno de los vecinos explicaba “No son sólo los cortes permanentes de luz, antes decíamos cuando caen dos gotas, ahora ya no hace falta, todos los días hay algún corte en algún barrio o sector de la zona, son en cualquier momento, continuos y de larga duración. Pero además las caídas y los golpes de tensión son constantes, explotan medidores, se incendian pilares de luz y se queman electrodomésticos. Cuando hay cortes de la Cooperativa eléctrica de Laguna o cuando se cae internet responden que es por el pésimo servicio de EDEA y los pocos que tenemos agua corriente, cuando nos quedamos sin servicio por muchas horas o varios días la Cooperativa de agua de Sierra también le echa la culpa al servicio de EDEA.”
¿QUIÉN HACE FRAUDE A QUIÉN?
El lunes 16 mientras una brigada antifraude de EDEA estaba recorriendo el barrio Sierra para detectar medidores adulterados, porque para eso sí tienen personal, gran parte de la zona estaba sin servicio esperando que una cuadrilla venga desde Mar del Plata a resolver los problemas.
Ese mismo lunes se sucedieron 6 cortes de luz en diferentes sectores y horarios, algunos duraron más de cuatro horas. La Empresa Distribuidora de Energía Atlántica S.A. no tiene personal de guardia suficiente ni para atender los reclamos ni para resolverlos, es evidente que no todo se puede solucionar con aplicaciones y contestadores automáticos, y que además de la falta de inversión en el mantenimiento y renovación de los tendidos eléctricos vetustos la mayoría con más de 60 años, ocurre lo mismo con el personal, que también es insuficiente para arreglar desperfectos y renovar redes, pero les sobra tiempo y personal para detectar fraudes, que según fuentes allegadas a la empresa, “los fraudes son menos del uno por ciento del total de los usuarios”.
Más del 85% de la región no posee gas natural, esto convierte a gran parte de la población en electrodependiente en lo que se refiere a la vida cotidiana en los hogares, además de los comercios e industrias que se ven gravemente perjudicados.
Lo que se necesitan no son explicaciones, lo que hace falta son inversiones y soluciones.
Gracias por denunciar los desmanes de EDEA. Esperemos pronto ponernos de acuerdo, y demandar -no ya solicitando un mejor servicio-, sino por daños y perjuicios a una empresa que ha perjudicado consistentemente a los vecinos por décadas.