Mi abuela, solía contarnos, en esas sobremesas inolvidables del domingo, donde mi viejo “el Tano” llegaba a las 9 de la mañana para preparar el estofado, y era razón suficiente para reunirnos todos a la mesa y disfrutar de la familia, y era en esas jugosas conversaciones que ella nos contaba historias de la guerra, que nos dejaba a mandíbula caída más de una vez, y de cómo se habían unido los países y los pueblos para ponerse de pie, después de ambas guerras mundiales, había estado en ambas!! Todos sus relatos se apoyaban en la unión sin discriminar condición social.
Una potencia como Alemania, fue un país devastado, y hoy es respaldo de la Unión Europea, así Italia, España, Francia, y cuando ella decía el pueblo unido, se entendía que era realmente la solidaridad que se tenían los unos a los otros, como el que más tenía extendía su mano al que menos tenía…
Hoy nuestro país, tan rico y hermoso, está pasando por una crisis, una más, porque peino canas y recuerdo otras que hemos superado, pero en esta era de Concientización de todo, de no contaminar, de reciclar, de hacer el bien más que por el otro, por el karma propio, aparecen personas que abren sus puertas y sus corazones a la necesidad ajena, y con 4 papas y 1 paquete de fideos hacen un guiso para los más pobres del barrio. Así nace Luz Esperanza, un comedor en el barrio Hipódromo, donde algunas mamás se arremangan con lo que tienen para que los chicos coman algo calentito, o tomen una tasa de leche con pan, y así crean que el mundo no es tan terrible, porque el hambre con 5 o 6 añitos es la desolación, el miedo, desconfianza.
En la Despensa El Ángel, Ángela, me comentó que ella ayudaba a ese merendero (ahora comedor) y en esa conversación con mi hijo Lucas, surgió la posibilidad de que él donara el 50% de la venta de sus cuadros para diferentes instituciones benéficas, en este su país querido. Y así como cuando una ve una luz empezaron a llegar muchas otras ayudas.
A usted lector que me dio un poquito de su tiempo para leer esta nota, le digo que acá en Sierra de los Padres hay muchísima gente buena, y que no dude en acercarle a Ángela (que bien le cae el nombre), un paquete de arroz, alguna prenda de vestir, una olla, una manta, TODO SIRVE, hay gente que lo está pasando mal, y todos pueden acercarse al comedor Luz Esperanza a ver concretado su esfuerzo. Y así, aplica la frase del enorme Martín Fierro:
Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera
Tengan unión verdadera, en cualquier tiempo que sea
Porque si entre ellos se pelean los devoran los de afuera.
Agradecimientos a: Ángela, despensa El Ángel, Lucas Iturbide, Carnicería Nuestro Campo y muchísimos vecinos que se acercan a diario a traer su granito de arena.
Muchas gracias
Paola Bárbara Longobardi
Deja un comentario