La traqueobronquitis infecciosa canina, o también conocida como tos de las perreras es una enfermedad multifactorial causada por varios microorganismos (Bordetella bronchiseptica, virus del moquillo, CAV-1, CAV-2 y el virus de la parainfluenza canina).
Son virus muy contagiosos. Se propagan a través de aerosoles o por contacto directo. Por eso es tan frecuente en lugares en los que se concentran muchos perros, y de ahí recibe el nombre de tos de las perreras. El hecho de que un perro viva sólo en un hogar sin otros animales cerca no excluye el contagio, ya que el paseo o el juego con otros animales puede ser suficiente para infectarse.
Dan lugar a infecciones que sólo afectan al sistema respiratorio, ya que no se trasladan a otros órganos. Tras infectar el tejido respiratorio producen lesiones de tipo inflamatorio a nivel de los bronquiolos. Lo que ocurre a continuación es que estas lesiones pueden sobreinfectarse de forma secundaria por alguna bacteria.
Entre los síntomas que se producen destaca una tos paroxística, muy espectacular, que se desencadena con la palpación de la garganta del animal. Lo característico de esta tos, que sirve para diferenciarla del resto de toses, es su tono seco y profundo, similar al que haría el animal si algo estuviera atravesado en su garganta. Incluso a veces con la tos se produce una arcada o un pequeño vómito.
Esta tos puede acompañarse de fiebre. En general la duración del cuadro es de entre 3 a 7 días. Lo más frecuente es que se produzca en cachorros. En los cachorros adopta formas más graves dado el poco desarrollo inmunitario.
La mejor prevención es la vacunación estacional anual, la higiene y evitar sobrepoblaciones caninas.
Alejandra Eberhart
Méd. Veterinaria
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