Hace un año y medio con mi señora y mis dos perritas decidimos venirnos a vivir a este hermoso lugar. Dejar la ciudad y cambiar de hábitos fue más fácil de lo imaginado gracias a este privilegio de la vida en lo que respecta a belleza natural, tranquilidad, seguridad y buenos vecinos.
Fue en agosto del 2017 cuando nos mudamos y tuvimos nuestro primer encuentro con la Oscuridad. Teníamos todo preparado para realizar nuestra primera cena de estreno y puf… se cortó la luz. Pequeño detalle, en mi domicilio no llega él gas que penosamente quedó en la esquina. Por ende, nos quedamos sin cena, pero obviamente la alegría de la mudanza logro imponerse y supusimos que esa eventualidad no era trascendente.
A los día o semanas él episodio se repitió y se repitió y se hizo cada vez más frecuente y preocupante y demás está decir que con frío, sin la luz para mantener prendido él aire acondicionado, sin agua caliente y con frío, mucho frío, ya la cosa dejo de ser graciosa. Pasó el tiempo, pero no cambió nada….
Me gustan las cenas románticas a la luz de la vela y el desconectarme de la TV e Internet. Pero me gusta elegir cuando hacerlo y no que me lo impongan. Mucho menos si pago por un servicio quiero la contraprestación correspondiente.
Un segundo episodio traumático fue cuando vinieron por primera vez tres parejas de amigos a cenar con sus niños. Aún recuerdo sus caras de susto bajo la oscuridad y la lluvia… Saliendo de casa para regresar a Mardel, casi sin haber cenado. Claro se largó a llover y entonces la disyuntiva era esperamos a que pare en oscuridad y nos despreocupamos del afuera pero… si afuera no para y se inunda como es habitual ¿cómo regresaban a Mardel? Cuentan que no fue divertido salir anticipadamente en la noche oscura por el Circuito lleno de agua y piedras y por la Varetto sin luz y sin ver para afuera. Una de las peores situaciones del último tiempo manejar así y regresar de este pueblo inhóspito a Mardel.
Luego de mi enojo inicial junté paciencia y dije … debe ser solo por el invierno y por las tormentas… ¡Falso! Tampoco fue así. De día… de noche, con tormenta o sin tormenta, los cortes de luz se repitieron una y otra vez.
Sin ir más lejos en él tiempo, este martes 20 de febrero elegí quedarme y trabajar desde casa. Tenía una llamada por Skype con un cliente muy importante y podía hacerlo desde acá, en el jardín y en la pile contemplando los pajaritos…. ¿Que pudo haber pasado? Ya se imaginan…. si, la peor elección. Corte de luz y día perdido. Ya sin tiempo al mediodía para reprogramar lugar de conexión y obvio no funcionaba mi Internet, ni el de la empresa de celulares que me vende «4g».
Domingo 25 de febrero, este, acá nomas, dos cortes uno al medio día. Bueno no pasa nada corto el pasto más tarde. Otro a la tarde noche. Noooo !!! En el horario de Boca y Defensa y Justicia. MI MOMENTO de relax de la semana. Bueno al final EDEA me hizo un favor porque dicen que jugamos muy mal.
Paso un año y medio y me pregunto cómo no se corta la luz en la costa al lado del mar o en la montaña en el sur. ¿No será falta de inversiones? ¿Somos un pueblo abandonado? ¿Lejano y desorganizado?
Al final el tango que me decía mi abuelo sigue vigente… el que no llora no mama y el que no mama es un gil.
Es tiempo de que dejemos de serlo y que empecemos a hacernos escuchar.
GABRIEL SAPIENZA
Comprendo su malestar y me hago eco. Yo vine a vivir a Sierra de los Padres hace casi 4 años, desde entonces cada vez que se corta la luz, que cada vez es más frecuente) Edea contesta que la falta de luz se debe a una falla en el transformador de media tensión. No tuvieron plata para cambiarlo??? Creo que ya recaudaron muchos millones de dólares desde ese entonces, más ahora con los aumentos desproporcionados que tuvimos.Me pregunto, donde esdtan y que hacen los organismos de control??? EXISTEN??? O ES OTRO CURRO??? Sr. Sapienza, con el debido respeto, en lo único que no coincido con usted, es en la letra del tango, por que le letra dice, el que no llora no mama y el que no afana es un gil. Giles o no, ellos nos siguen robando a cuatro manos y nosotros somos los giles que seguimos pagando. Esto no creo que cambie, hasta tanto no nos unamos como ARGENTINOS, y reclamemos como tales.