Nueva Sierra

Todo empezó sin querer. Nos habíamos propuesto no volver a los medios porque ya estábamos algo agotados. Desde los 17 años que intentábamos ‘buscar la verdad’, como se decía antes en el oficio, con nuestro primer periódico de pueblo y era una tarea ingrata, pocas veces reconocida, y sobre todo generadora de múltiples enemigos.

Pero al llegar con la familia a Sierra a instalarnos, la sangre nos hirvió. “Ni se te ocurra hablar de un club para los chicos, los de la Cooperativa no quieren” le dijeron a Miriam, “¿Gas? Jajaja, estás loca, te matan” le mandó otro vecino. “Acá entran y se quedan –señalando el arco- los que yo quiero” nos espetó la jefa de la banda. ¡Era una mafia!

Una noche de marzo de 1999, luego de una reunión “por la seguridad” que se hizo en la Torre Tanque, ya en casa, al ver como un grupo de patrones de estancia manejaban hasta al Comisario, lo decidimos, había que traer la prensa al barrio que elegimos para que crezcan nuestras hijas. El periodismo es el alimento de la libertad, ya teníamos 15 años de democracia para que unos pocos, en un pueblito perdido, nos digan a todos qué teníamos que hacer, dónde y cómo. Así nació Nueva Sierra… y aunque a la Directora le moleste que lo recuerde, ese 4 abril cuando salió el primer número de una “revistita” hecha en formato A3 y repartida mano en mano, nos metieron cinco balazos en la puerta de casa. Estaba todo dicho.

Luego vinieron mil historias, las difamaciones, los logros, los que les abandonaron el barco cuando se les hundía, más logros, subsistir en tabloide al 2001… pero sobre todo y con el riesgo de parecer petulantes, el fin del miedo a decir lo que cada uno de los vecinos pensaba. Ya se respiraba una “Nueva Sierra”. Podemos no coincidir, pero ya nadie te va a quitar el derecho de expresarlo, hasta te damos el espacio para hacerlo. El que no lo usa es porque no le interesa o quiere volver a ser cordero.

Me tocó –y disculpas por escribir en primera persona- ser en el inicio el Editor de este diario, luego vinieron la Radio, 0223, los canales de TV locales, los medios provinciales, imposible ocuparse de todo. Miriam quedó sola con sus colaboradores hace más de 15 años, pero la misoginia hace que me sigan endilgando la autoría actual. Queridos, yo leo este diario después que salió, como todos. No me peguen soy Giordano.

Aunque habitualmente acuerdo con las opiniones editoriales de este medio, a veces no, porque de eso se trata el periodismo con opinión, de ayudar a pensar, más allá de quién lo dice.

De lo que si estoy plenamente seguro es de la fidelidad de la información, nunca mentimos como es tan común hoy, no generamos la tan mentada posverdad de la que viven los grandes medios concentrados actualmente, hacemos periodismo a la antigua: chequeando fuentes.

Son 19 años, me pidieron que escriba, “sin agresividades” y lo enfatizaron, pero es complicado lo reconozco, porque fueron muchas las afrentas que me desayuné, aunque como dice René de Calle 13 “perdono, pero nunca olvido”. Mejor me reservo para los 20. ¡Salud!

Por Carlos Vazquez
Ex Editor de Nueva Sierra