Hace 25 años no existía la discusión modernosa de que si un zoológico era una “cárcel de animales” o no. Ir al Zoo -en cualquier lugar del planeta- había sido la salida infantil más importante para varias generaciones. Por ello en esos años su fundador Oscar ‘Coki’ Gastiarena inició la patriada de levantar un “santuario para animales y plantas” sobre el Camino Varetto, cuando la Sierra apenas empezaba a mostrar la nariz al mundo. Lo llamaron Mini-Zoo ‘El Paraíso’ -aunque con los años dejó de ser Mini- y sobre el predio de 9 hectáreas fue trayendo y sobre todo recibiendo, decenas de animales de todo tipo.
Se le debe reconocer que gran parte del conocimiento turístico que hoy tiene la Sierra de los Padres también se debe a las acciones que Coki iniciaba desde el centro de Mar del Plata con cabañitas y combis que salían desde las plazas y los bocadillos que podía meter cada vez que podía en las páginas del diario El Atlántico que también dirigía.
Pero la crisis volvió a golpear al emprendimiento “la gente cuando no tiene dinero lo primero que relega son las salidas” dijo públicamente el empresario que anunció hace unos días el cierre definitivo de El Paraíso. Es sabido que mantener grandes animales y felinos, con sus médicos veterinarios, el personal necesario para atenderlos, los alimentos, medicamentos y hasta una carga impositiva más feroz que muchos de los propios bichos es una tarea titánica. Máxime cuando desde los estados nacional y provincial nunca fue subsidiado, ni salvado, como pasa con los sojeros que destruyen la tierra para beneficio personal por ejemplo.
Los ejemplares en estos días son trasladados a centros reconocidos inscriptos oficialmente por Fauna de Nación y provincia de Buenos Aires, “fueron donados no vendidos” se apresuraron a aclarar. El predio se transformaría en un proyecto inmobiliario donde los actuales propietarios incluyeron una cláusula para que no se tocara ni uno solo de los ejemplares de plantas exóticas y árboles añosos que existen en la actualidad.
Miles de alumnos de primaria desfilaron por sus callecitas sorprendidos, y gratuitamente, familias enteras aprovecharon sus salidas y vacaciones para disfrutarlo, y hasta participaron de su espectáculo nocturno premiado con un Estrella de Mar. Decenas de animales se salvaron ahí y recuperaron de los malos tratos, hasta había un rincón con animales embalsamados para que los cieguitos pudieran reconocerlos en tamaño, pelaje y estructura. Ahora la piqueta del ‘progreso’ y las crisis programadas lo llevaron al cierre.
No quepan dudas que en las páginas de la historia de Sierra de los Padres el Zoológico y Botánico El Paraíso ocupará el lugar que le corresponde por haber contribuido con un cuarto de siglo al verdadero progreso que es el que da el conocimiento intelectual.
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