Vivimos en un lugar soñado.
Es increíble la naturaleza del lugar con el que nos rodeamos día a día los vecinos de Sierra, tendría que llenarnos de energía, darnos la posibilidad de pensar, de ser felices y de disfrutar uno, y de disfrutar cuan feliz es el otro.
Transcurría el viernes 30 de noviembre, después de una jornada lluviosa un atardecer hermoso que le daba condimento a un día Feliz en nuestra familia. Estábamos festejando el cumple 14 de mi hija mayor, mucha alegría, control, todo era orden y sí, música, mucha música, pero un detalle, eran las 19 horas y la fiesta culminaría a las 00:00. Pero todo no podía ser tan tranquilo, la presencia de un vecino que vive a 7 cuadras de distancia, venía a decirnos que esos no eran los códigos de la Sierra, que la música no, bla bla bla!!!, al rato presencia del móvil policial.
Yo me pregunto, ¿Vivimos en un consorcio? ¿Es posible que un festejo familiar, en horario acorde y sin descontrol agite a quienes no pueden ver la felicidad del prójimo? ¿será posible que empecemos a pensar que el otro vive, es feliz y no hace sus cosas para molestar, más cuando se respetan los horarios?
Creo que vamos a tener que replantearnos cómo nos manejamos dentro de nuestra comunidad, vamos a tener que pensar antes de actuar impulsivamente, vamos a tener que empezar a dejar invadirnos por la felicidad del prójimo para no caer en el vacío de una vida sin capacidad de ser felices por nosotros mismos.
La vida es una fiesta de cada día, y en el lugar que vivimos más aún, nadie va a impedir que siga luchando por la felicidad de mi familia y de quien quiera sumarse.
Mario Villar
Sierra de los Padres
NdR: Además de ser vecino, Villar es el Médico Pediatra del barrio.
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